Ismael Vidales Delgado creó esta obra durante el aislamiento voluntario debido a la pandemia del COVID-19. Sin embargo, no fue simplemente un pasatiempo para llenar el tiempo, sino un esfuerzo consciente para recordar y destacar eventos y figuras significativas en el ámbito de la educación, su pasión y propósito en la vida. La esperanza del autor es que su obra sea leída por jóvenes maestros, quienes han sido alejados de estas experiencias vitales debido a circunstancias fuera de su control, pero que, de una manera u otra, permanecen ligados a este legado. El autor está consciente de que nada de lo que define la educación hoy sería posible sin las acciones oportunas de estos individuos notables.
Es un sueño del autor que su texto sea distribuido en escuelas normales y entre jóvenes maestros que no tuvieron la oportunidad de aprender acerca de la historia de la educación en su formación inicial y continua. La obra busca llenar este vacío en su conocimiento, recordándoles las contribuciones de aquellos que los precedieron.
El autor sostiene firmemente la idea de que aquel que no recuerda su pasado no puede comprender su presente y está condenado a vivir su futuro en incertidumbre.
Finalmente, Ismael Vidales Delgado dedica esta obra con cariño a sus exmaestros, ya fallecidos, y a sus exalumnos de todas las escuelas en las que ejerció el magisterio de manera ininterrumpida durante sesenta y dos años.